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Viernes, 19 Abril 2024

Un barrio que ya se siente ciudad

Domingo, 7 de Septiembre, publicado en el Faro de Vigo:

La imagen actual del polígono residencial de Navia dista mucho de aquel desértico solar donde hace diez años se levantaron los primeros edificios. Cuando no había ni donde comprar pan y ni mucho menos un bus para llegar a Vigo. Ahora residen aquí 11.000 personas, según cálculos vecinales, y a ambos lados de la calle principal, Teixugueiras, funcionan toda clase de negocios. Un barrio joven, lleno de niños y mascotas, donde la gente se declara muy a gusto.

Hace diez años acababa la construcción de los primeros edificios de la mayor promoción de viviendas impulsada por la Xunta en Galicia. Cuando casi seis meses después, en Julio de 2005, los nuevos vecinos del polígono residencial de Navia pudieron estrenar sus pisos, en el gigantesco solar de casi un millón de metros cuadrados no había ni donde comprar una barra de pan. Una década después, en aquel páramo ubicado estratégicamente, donde algunos políticos soñaron situar el campus universitario o el aeropuerto, habitan unas 11.000 personas. Una población bastante superior a la de la gran mayoría de los municipios gallegos. Y es que Navia, con los servicios actuales, más que un barrio actúa y se siente como una ciudad que ve sin complejos a la que atisba al otro lado del segundo cinturón.

La vida aquí gira y funciona a lo largo de la calle principal que atraviesa el PAU, Teixugueiras. Con panaderías, clínicas dentales, surcursales bancarias; supermercados, oficinas de seguros y de inmobiliarias; autoescuelas, tiendas de moda infantil, fruterías, ópticas y farmacias; cafeterías, carnicerías, pescaderías, ferreterías, bazares chinos; estancos, quioscos, peluquerías y hasta una oficina del Servicio Público de Emprego.

 

Con 29 números impares y 38 pares, según cálculos vecinales hay construidas a ambos lados del vial 3.768 viviendas. Estiman que todas están ocupadas, "prácticamente al 100%". Y para hallar la población del PAU multiplican el total de pisos por una media de 3,5 inquilinos, lo que da como resultado 13.000 residentes. Al tomar como referencia el censo, el Concello reduce la cifra, aunque admiten que no se ajusta la realidad por la reticencia de mucha gente a empadronarse. Ciñéndose al padrón municipal, en Navia viven 8.172 vecinos.

"Aquí hay mucho crío porque es una zona ideal para ellos". Carlos Rodríguez parece ejemplificar el perfil mayoritario de habitante del polígono: 35 años, casado y con hijos. De hecho, el censo municipal refleja un equilibro entre ambos sexos -4.041 hombres y 4.132 mujeres- lo que podría interpretarse como una presencia mayoritaria de parejas.

Parte de sus residentes consiguieron un piso en los sorteos autonómicos y otros llegaron atraídos por los precios económicos. Claro que algunos acabaron en los tribunales, como los que denunciaron el cobro de sobreprecios, y otros sufrieron hasta que las promotoras corrigieron defectos constructivos o la instituciones instalaron los servicios básicos. Pese a los numerosos problemas, el incipiente barrio fue creciendo, y los negocios surgieron también por la visión de matrimonios como el formado por Emilio y Pilar Rodríguez. Fundadores de la cafetería La Espera en Coia, Emilio explica que "decidimos abrir un local en Navia porque nos gustaba el bario y era como una segunda Coia, donde nací". Ahora solo espera lo que muchos hosteleros y comerciantes, que una mejora de la situación económica permita continuar con el desarrollo de las otras fases del polígono. "Que haya clientes que vengan de la izquierda, y no solo de la derecha", apunta. Porque más allá del número 29, donde se ubica La Espera, no hay ningún otro edificio más.

Detrás de Teixugueiras es donde Navia ofrece la imagen menos desconocida. Allí se concentran servicios públicos como el Centro de Salud, el complejo deportivo, el colegio de Educación Infantil y Primaria o la Escuela Superior de Arte Dramático. Junto a estas edificaciones se ubica la iglesia y las sedes de Alento y Ampamp, dos asociaciones de atención a personas que sufren daños cerebrales. Y entre estos inmuebles y Teixugueiras, en pleno corazón de Navia, la zona verde de 92.000 m2 creada por la Xunta. Polémica por su estado de abandono, y porque, paradójicamente, en opinión de la mayoría de los vecinos, "para pasear no sirve".

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